Piera Pallavicini
¿Maternidades diferentes o iguales?
Cuando en conjunto con la editora, acordamos el nombre de esta columna (“maternidades diferentes”), asumimos que quizás no era el concepto más apropiado para reflejar a una madre de un niño con alguna condición, debido a la lucha constante por la igualdad de oportunidades, de trato, de derechos, etcétera; por lo que autodenominarse “diferente” podría ser contradictorio. Sin embargo y a modo de declaración, propongo que “maternidades diferentes” logra reflejar a nivel de sentido común, para el resto de la sociedad, lo que es una maternidad inesperada, con desafíos distintos a los que enfrenta la mayoría y que no me estoy refiriendo al concepto de inclusión tal y como lo conocemos.
Durante el embarazo sin darnos cuenta nos proyectamos pensando que tendremos un hijo o hija “normal” (muy entre comillas, por favor), con sus dos bracitos, sus piernas, con la cabeza del tamaño acorde a su cuerpo y que sin duda podrá comer, caminar, hablar; que irá creciendo, se encontrará con sus pares, se rebelará, se enamorará y finalmente se irá; y en el intertanto cruzamos los dedos para que todo esto pase con el menor perjuicio posible. Sin embargo, a veces en el camino nos enfrentamos con situaciones que no teníamos para nada dibujadas en el horizonte y aparecen palabras como autismo, epilepsia, parálisis cerebral, enfermedad genética, síndrome, discapacidad, entre otras…
Hay ocasiones en que el diagnóstico llega de forma repentina y definitiva, y en otras oportunidades es un proceso paulatino y se transforma en una odisea saber “qué tiene mi hijo y porqué”. El asunto es que como sea implica una crisis, un evento inesperado que intentamos resolver adaptándonos de la mejor forma posible, pero que nadie nos ha enseñado cómo hacerlo y se asume que por el sólo hecho de ser madre venimos con un súperpoder para enfrentar las dificultades cotidianas en la crianza, la exigencia económica, las terapias, la mirada de la sociedad, la falta de tiempo para uno… y todo esto con una sonrisa en la cara y sin salir trasquilada en el intento.
A mi parecer todo lo anterior hace que esta maternidad sea tan distinta y provoca la ambivalencia de ser una madre como cualquiera, pero con desafíos tan diferentes.

*Articulo publicado en Revista Maternando a Mamás, Diciembre 2022. Chile.